martes, 3 de julio de 2012

Maris

Hoy es día de mercadillo: desasosiego, inquietud y por qué no, miedo ante la avalancha de maris que acudirán en masa tras sus compras.

Son las 11:00 horas y ya son mas de veinte las que esperan ser atendidas.

Tras un simple reconocimiento visual del panorama, podemos clasificar las maris como sujetos de la siguiente sintomatología:

-          No se identifica como tal, se reconoce por su atuendo: el llamado bambito: una especie de vestido de tela de estampados florido de colores imposibles (verdes, rojos, marrones, fluorescentes, etc.); las mas transgresoras chanclas, las más conservadoras zapatillas de paño; moño multihorquillado y las inconfundibles bolsas de plástico del mercadillo verdes o blancas.

-          Motivo de consulta: ante la pregunta “qué le pasa” nunca, nunca, responden directamente y todas empiezan con un arquetípico: “Pues mira padre mío vengo del mercadillo que me comprao unas bragas buenísimas a ebro niño y color visón que son las más sufrías…” Los motivos de consulta requieren traducción: “Tronío en el selebro que no me se quita ni tomando el dolotin” (cefalea que no cede con analgesia: nolotil), “Reventaero en el culo de adelante” (posible infección de orina), “Cada vez que enfilo una cuesta me  se  salen los adentros” (disnea-ahogo de esfuerzo), “llevo unos días que no estoy en mi ser” ( sin posibilidad de traducción).

-          Independientemente de la patología de base todas toman el mismo tratamiento: “Yo tomo unas pastillas mu buenas que me mando mi medico el nombre no me acuerdo son unas asin chiquitillas, reonditas y blancas.” (Desconozco cuantas cientos de miles de presentaciones farmacéuticas poseen esa descripción).

-         No son egoístas siempre piensan en los demás: “Oye mira a ver si me puedes dar unas pastillas pa mi mario que esta malo de los nervios, dame una caja de guantes pa fregar las escaleras de mi comunidad…

-          Desconocen si son alérgicas a algún medicamento porque según comentan no los han probado todos.

Alcanzaban la treintena en la sala de espera aún sin ser atendidas, pasaron de los remedios caseros para quitar las manchas y de cómo es la mejor forma de gratinar el pollo sin que se quede seco, a cagarse literalmente en nuestros muertos. Lo peor estaba por llegar. Una de ellas ocupó la parte central de la sala de espera y al grito de “No semos bichos, que semos personas” (frase que la buena señora ha copiado de un famoso programa televisivo) provocó el mayor levantamiento de pacientes en una sala de espera que se recuerde en las urgencias de un hospital. El personal de seguridad más que desbordado diría yo que estaba acojonado.

Hoy las maris, una minoría a penas audible, siempre a la sombra de sus maridos, que actúan como dueños y señores de sus vidas,  han emprendido  una guerra de guerrillas y han salido victoriosas, han impuesto su criterio, su ley , han dejado de hablarle de usted al médico, han acariciado y saboreado la victoria de sentirse escuchadas.

Hoy sus maridos o no comerán, o comerán comida fría, o tendrán que calentarse por primera vez el almuerzo.

Hoy he tenido ganas de quitarme el uniforme, de desertar, de vestir un bambito, de ser una mari, porque las maris nos han dado una lección: unidas pueden conseguir todo, algo que enfermería aún no sabe, una profesión que no crece , que es objeto de recortes, que actúa solo por intereses individualistas, que también esta a la sombra,  y que no se reconoce.

Hoy las maris ocupan el primer puesto en mi libreta negra, la de pacientes conflictivos y a tener en cuenta en urgencias, seguidas muy de lejos de los yonkis con síndrome de abstinencia.

Hoy enfermería debería ser más mari.




4 comentarios:

  1. Especie en peligro de extinción, deberíamos protegerlas ;-))))

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  2. En peligro de extinción?
    Yo veo unas pocas de esas todos los días.
    Tengo pesadillas con Maris con un Bambito fresquito que me persiguen por los pasillos...

    Gracias por estos post, una manera más de descargar tensiones de nuestra profesión.

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  3. Gracias a ti por esos comentarios siempre tan acertados.

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