viernes, 26 de julio de 2013

La frase del verano

Este año me está siendo muy complicado encontrar la “frase del verano”. Y es que más que a unas urgencias en turno de noche (de 22:00 a 08:00 horas) esto se asemeja cada vez más a la película: “Atrapado en el tiempo”, donde todos los días eran iguales (el día de la marmota), y todos los días sucedía lo mismo:

De 22:00 a 00:00 horas: Acuden los post piscinas, esos papás y mamás que consultan temas de urgencia vital tipo: mi niño que se ha quemado los hombros, a mi niño que le ha picado un bicho y claro ( y aquí viene la posible frase del verano) “antes de meternos en la noche que vean al niño”. ¿Antes de meternos en la noche?,  al principio me daba miedo oírla, suena a película de terror. ¿Qué pasa si entra la noche?  ¿el niño se quema más? ¿las urgencias cierran? ¿salen los muertos vivientes?

De todas formas os doy un consejo importante. Para evitar quemaduras solares existe una técnica que puede resultar algo compleja, según qué padres, pero muy eficaz: protección solar.  Y para las picaduras de insectos, que dudo que en nuestra época de niños nuestros padres nos llevasen a urgencias por una picadura de insecto, pero si ésta reviste gravedad la solución no está en urgencias, está en casa de mi vecina Ramona, que afirma tener una saliva curativa, te escupe en la zona dolorida y además te la adereza con unos granitos de sal bendecidos. Así que cuando éramos pequeños preferíamos mantener en secreto nuestras picaduras a sufrir el escupitajo de Ramona. Ramona cuanto te echo de menos, al menos de 22:00 a 00:00 horas.

viernes, 19 de julio de 2013

El curriculum

Hace algún tiempo, en un hospital privado tuvieron la “genial” idea de nombrarnos, a mi compañero y a mí, supervisores de guardia.

La definición de supervisor de guardia varía drásticamente según la fuente consultada; así en palabras del director de enfermería sería la continuación de la dirección, cuando, éste, el director, no se encuentra en el centro.

Ahora bien, si tú le preguntas a cualquier trabajador te dirá que un supervisor de guardia es uno que se toca los huevos y que en ocasiones también toca los huevos a los trabajadores.
 
Después de leer el protocolo de supervisores de guardia, me di cuenta que tenia algunas funciones más, entre las que destaco las que más me llamaron la  atención:

Recepcionar hojas de reclamaciones: lo que más odiaba. Esto es como echarle un trozo de carne a un perro rabioso hambriento. No es necesario decir que el trozo de carne es el supervisor de guardia. Nunca en mi vida me habían ofendido tanto, a mí y a mi madre, como recepcionando hojas de reclamaciones. Este apartado requiere un capítulo a parte.

Sin lugar a dudas, la  función más peculiar: acudir sin voz ni voto, a la clasificación de curriculums para futuros  procesos de selección de personal. Ese día me disfrazaba de espantapájaros y veía como circulaban de un lado a otro las caras, las vidas, las direcciones de cientos de personas impresas en papel. 

jueves, 11 de julio de 2013

Por qué me odia la Porfavor


Algo muy habitual en esta profesión es compartir el vehículo para trasladarse al hospital. En  esta ocasión nos separaban 60 Km y  como novedad contábamos con nueva compañía: “La Porfavor”. Una enfermera de treinta y pocos años, de nombre con referencias bíblicas, Magdalena; y no era lo único bíblico, su ropa pre-comunión también lo era: vestiditos de florecitas con cuellos redondos. Destacaba sobre sus dientes un corrector dental que a juzgar por su tamaño sería el primero que llegó a la península ibérica, de color plata envejecida con el que daba mordisquitos tipo rata a unas misteriosas galletitas que guardaba en una bolsa y que masticaba como lo hace un abuelo sin dientes.
 
Pero nada de eso me molestaba. Sin duda, lo peor de la Porfavor, es que nunca cedía su vehículo, nunca conducía, alegaba múltiples achaques y pluripatologías. Pero lo más insufrible de todo eran sus múltiples condicionantes no negociables: por favor baja la música que padezco hiperacusia, por favor baja el aire acondicionado que tengo bronquitis asmática, por favor tengo que ir delante de copiloto que padezco vértigos, por favor…

Ese día conducía yo y ya tenia allí a la Porfavor royendo las dichosas galletitas, sentada de copiloto y con su retahíla de por favores: baja el aire, no ruido, no corras... Hasta que se ponía el coche en marcha, momento en que se colocaba un collarín cervical y se echaba a dormir mismo momento que yo aprovechaba para bajar la temperatura, subir la música y en definitiva dar un poco de por culo, algo que me encantaba y provocaba una sonrisilla maliciosa a mis compañeros del asiento trasero.